El pasado lunes día dos de febrero, tuvimos que ir al nuevo hospital de Dénia, mi madre tenía un dolor agudo en la rodilla que no la dejaba caminar, llegamos a las 10.00 h a "recepción", nos pidieron los datos y pasamos a la sala de espera. Después de una hora nos hicieron pasar a una consulta donde una enfermera pidió el historial médico. Mientras tanto se asomó un médico y dirigiéndose a la enfermera algo mosqueado le dijo: "señorita pínchele un urbason al paciente tal, y deje bien claro que no padece antecedentes psiquiátricos familiares y que la próxima vez me lo remitan a mí ,ya estoy harto de que sea la tercera vez que me pasan este informe erróneo porque son incapaces de rectificarlo por ordenador" ...seguidamente la enfermera le puso una pulsera a mi madre con varios códigos, me fijé y en la pantalla no aparecía la hora de entrada pero no le di mayor importancia pensando que nos iban a pasar directamente con el traumatólogo.
La odisea acababa de empezar; volvimos a la sala de espera, mi madre tenía un dolor insoportable, yo le decía que se tranquilizara pues ya le habían cogido los datos... a las tres horas aun estábamos en la misma situación, pero veía como iban pasando personas que acababan de llegar con seguro de ADESLAS ....el espectáculo era preocupante, me acerco a recepción y pregunto, me remiten a una encargada (muy simpática, una especie de relaciones públicas), le digo que llevamos cuatro horas, que mi madre tiene un dolor muy agudo, que tiene 83 años y la posición en la silla de ruedas le causa más dolor. Mi tono es de indignación. Se une a mi protesta una señora de Gata que el sábado anterior estuvo 9 horas en urgencias y la enviaron a su casa sin hacerle ni una radiografía, por lo que la mujer estaba cabreadísima por el dolor, por el tiempo perdido y porque no le solucionaron.
Ante este cabreo la señorita (que era muy amable y sonriente), nos prometió que nos pondría en la lista de espera de las primeras.
Mientras tanto se iban formando corrillos de gente mosqueada en recepción, contando todo lo que les había sucedido en días anteriores. Todos ellos tenían en común una media de siete horas de espera y unas pruebas pendientes.
Por fin la azafata (la simpática), que el hospital pone a disposición del paciente para calmarlo entra en la sala de espera y nos cuenta a todos lo siguiente:
-“Señores les ruego que tengan paciencia, hoy es un día especial con muchos accidentes graves, están entrando muchas ambulancias y sólo tenemos un traumatólogo”
Todos respondimos que cómo era posible que para un hospital tan grande sólo dispusiera de un especialista.
-“Todo llegará...todo llegara...”, nos dijo la azafata.
En una de estas, la azafata-relaciones públicas llamó nada menos que a siete extranjeros (europeos), que acababan de llegar de golpe, que no hizo más que agravar la situación.
A las cinco horas de encontrarnos allí, nos envían a otra sala, supuestamente para hacer las pruebas oportunas.
Estaba a tope de gente…a mi madre la visita un médico y la envía a hacerse una radiografía.
Vuelta a la sala de espera, y ya son las 16.30 h.
Los pacientes (la media superaba los 75 años de edad), y los acompañantes nos encontrábamos sin comer ni beber nada, mientras, la azafata (la simpática), nos hacía una propaganda estupenda de lo bien que funcionaba el hospital.
Finalmente entra el médico y llama a mi madre, le decimos que justamente le están haciendo las radiografías.(lo cual pone de manifiesto que la coordinación y la pulserita que llevan no sirve para nada), mientras mi madre sola en la sala de radiología, sin ayuda de nadie, tiene que subir a la camilla y cambiar de posturas, (cosa complicada ya que tiene la movilidad reducida).
No contentos con el trauma que esto supuso para mi madre, la hacen repetir las pruebas pues la máquina no funcionaba bien... Total SALIÓ LLORANDO DE DOLOR Y DE HUMILLACIÓN POR COMO FUE TRATADA.
Vuelta a la sala de espera, con la gente protestando, quejándose. Vuelvo a reclamar y me dicen que en media hora pasará, mientras tanto cada media hora limpiaban los baños y la señorita (la simpática), seguía "tranquilizando” al personal dando excusas tipo: “las máquinas no las conocemos muy bien”, o “el hospital es nuevo...”,
A las 18,30 h. de la tarde salimos de allí.
En mi opinión, se dejó claro durante mi odisea, que se pierden expedientes, con la consiguiente descoordinación que provoca, pero eso sí, todo envuelto en un halo de modernidad, alta tecnología y hotel de cinco estrellas (con la atención de una pensión). Todo muy aparente en la superficie y tercermundista en su interior.
Con esto no quiero denostar a los trabajadores, (exceptuando a la radióloga que no ayudó a mi madre en la camilla).
Con la presente descoordinación y la insuficiencia de personal me temo lo peor a lo largo de estos meses venideros.
No quiero ser alarmista pero esto de la medicina concertada me huele mal, creo que al final cada vez seremos más los que nos iremos haciendo seguros privados, y los más desfavorecidos sufrirán mucho.
Las habitaciones son de primera clase y la maquinaria utilizada es avanzada, pero no saben utilizarla, y vamos a perder calidad médica, porque para que les salga rentable este hotel de cinco estrellas, alguien va a tener que purgar y me temo que serán los de siempre.
Creo que vamos hacia la privatización total en la comunidad valenciana de la sanidad y acabaremos como en EEUU.
Los ciudadanos no deberíamos de permitir que esto ocurra.
Ante las protestas, reaccionan y quedan bien para calmar los ánimos, deberian de poner la hora de entrada de cada paciente, pero astutamente está todo controlado, es como un edificio futurista, que justifica cualquier mal funcionamiento, desde aquí les digo al director de MARINA SALUD y a la Consellería que esta parafernalia de la ostentosidad y la fanfarronada, para nada es una sanidad moderna y social.
El pueblo tiene la palabra y la fuerza, -hay que movilizarse y en serio, porque lo que está ocurriendo es una paradoja, un edificio vanguardista con un contenido funcional tercermundista.
(Agradecimientos a Mari Trini por el relato de su experiencia).